Sevilla, 1976.
La práctica artística de Rubén Guerrero constituye una investigación sobre los fundamentos de la propia pintura, en la que indaga sobre motivos que van repitiéndose a lo largo de su trayectoria como la bidimensionalidad, la superficie y los extremos del cuadro. Por este motivo, sus pinturas son difíciles de categorizar, evocan estructuras fragmentadas cuya composición artificiosa explora los límites del medio, convirtiendo a la pintura en una disciplina radicalmente contemporánea.
Su obra ha sido reconocida a nivel nacional e internacional y forma parte de colecciones como la Related Group Collection (Miami), Sammlung Friedrichs (Bonn), Centro de arte contemporáneo Domus Artium (DA2, Salamanca), la Colección DKV (Valencia), la Fundación Caixa (Barcelona) y Bombas Gens (Valencia), entre otras. Su obra también ha sido expuesta en el centro Párraga (Murcia), CAC (Málaga), Matadero (Madrid), Artium (Álava) y en el Museo Villa Croce de Génova (Roma) por mencionar solo algunos de los más representativos.